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Se ve venir la maniobra "humanitaria" de EE.UU

Se ve venir la maniobra "humanitaria" de EE.UU Abril mes decisivo para Cuba en la sesión de Ginebra

Emilio Marín
La Arena


La Comisión de Derechos Humanos de la ONU tiene su sede en Ginebra y el 15 de marzo comenzó su 60º sesión anual con las 53 naciones representadas. Aunque muchos de sus integrantes rotan -los países miembros de la ONU son más de 190- hay temas recurrentes instalados como "clásicos". Uno es la moción de la delegación de Estados Unidos contra Cuba, acusándola de violar los derechos humanos. Hasta 1999 el resultado solía ser adverso a Washington pero desde entonces, coincidiendo con la debacle del ex campo socialista, las votaciones son favorables por escaso margen a la superpotencia. El debate político ya comenzó y entre el 15 y el 20 de abril se producirá esa votación. El gobierno argentino ha dicho que se abstendrá como en 2003.

CON UN SOLO OJO Abriendo el paragüas antes de que llueva, el canciller cubano Felipe Pérez Roque se quejó el 17 de marzo de que la CDH de Ginebra acusa de violaciones a los derechos humanos casi con exclusividad a los países del Tercer Mundo.

El punto 9 de la agenda analiza esas violaciones pero con un sesgo notable. Pérez Roque se preguntaba si alguna vez el organismo iba a investigar las barbaridades que las autoridades estadounidenses cometen contra los presos que mantienen ilegalmente en Guantánamo sin causa, juez ni abogado defensor. También meneó el caso de las prisiones que administran las tropas de ocupación en Irak, como Campo Cropper, ubicado en las cercanías del aeropuerto internacional de Bagdad. Allí viven en condiciones infrahumanas 3 mil prisioneros iraquíes, como LA ARENA informó oportunamente.

El representante chino en Suiza siguió esa línea de pensamiento crítico, luego que su país también fuera acusado por EE.UU. y la Unión Europea. Sha Zukang, fue muy irónico con los delegados de Bush: "Aunque somos un país pobre, podemos regalarle el espejo para que vea sus atrocidades en materia de derechos humanos.

Si hubiese un premio en esta esfera de la vida, Washington obtendría el título de campeón violador".

En 2003 la administración Bush logró una votación favorable a la moción anticubana redactada por el Departamento de Estado y presentada por Costa Rica, Uruguay y Nicaragüa. A raíz de ello se designó una relatora especial sobre las supuestas violaciones de derechos humanos en que habría incurrido La Habana. La jurista francesa Christine Chanet, representante del Alto Comisionado de la ONU, presentó su informe este año, haciendo hincapie en las 75 detenciones y juicios realizados en 2003 en Cuba contra mercenarios al servicio de la SINA (Sección de Intereses Norteamericana). El relato de Chanet, funcional a la Casa Blanca, fue replicado por los diplomáticos cubanos. Fueron rounds de preparación para la gran batalla de mediados de mes.

UNA GRAN DEFENSA La presencia de Pérez Roque en Ginebra el 17 de marzo fue parte de la defensa de Cuba. Fue continuada por el representante diplomático ante la CDH, Juan Antonio Fernández Palacios y el embajador Iván Mora, a quien le tocó replicar al informe Chanet.

Como toda buena defensa que se precie, la isleña incluyó ataques sobre las políticas e integrantes de la delegación estadounidense. El foco fue puesto sobre Luis Zúñiga Rey, un cubano agente de la CIA, detenido con fusiles y explosivos años atrás en la costa de la isla. Ese agente forma parte ahora de la comitiva "humanitaria" de Washington en Suiza.

Mora fue reconvenido por el presidente de la reunión de Mesa, el australiano Mike Smith, para que moderara su lenguaje. Pero el orador profundizó su ofensiva verbal y desafió a que los norteamericanos desmintieran el prontuario criminal de Zúñiga Rey. El silencio fue una respuesta evidente.

Desde La Habana el canciller organizó el 25 de marzo último una conferencia de prensa con medios internacionales, para defender las posturas de su país y mostrar las falsificaciones de las campañas mediáticas del imperio. Es que se está en vísperas de una votación crucial (ver aparte "Los argentinos…").

En esa rueda de prensa el hombre que maneja las relaciones exteriores del gobierno de Fidel Castro demolió punto por punto las acusaciones sobre las condiciones carcelarias y de salud de los 75 agentes nacionales pagados por James Cason, el jefe de la SINA, y condenados por los tribunales habaneros en abril de 2003.

Las agencias internacionales sensibles al dólar sostenían que dos de los presos (un hombre y una mujer) estaban enfermos de cáncer y cirrosis, y cáncer de mama, respectivamente, y que no estaban abandonados a su suerte. El canciller estuvo acompañado por los médicos que atienden personalmente a esos detenidos, quienes atestiguaron que esas personas no tienen ni cáncer hepático ni cáncer de mama.

Además quedó en claro que están en manos de profesionales de primer nivel, se les hacen análisis y reciben remedios en forma totalmente gratuita.

En unos videos pasados en la conferencia, el periodismo pudo ver y oír a familiares de los 75 presos reconociendo que éstos están bien de salud, reciben un trato humano, tienen visitas periódicas, han aumentado de peso, gozan de pabellones conyugales, etc.

Además de tener en cuenta la calidad de los médicos cubanos, llamó la atención el dato cuantitativo aportado por Pérez Roque. La media del sistema penitenciario de su país es de un médico cada 200 presos, la misma que para la sociedad en su conjunto.

LOS YANQUIS APRIETAN La administración Bush está trabajando a revienta caballos para la presentación de la moción anticubana en la Comisión de Derechos Humanos. Aunque Colin Powell actúa con disimulos, la inteligencia cubana siempre le descubre el juego. En la conferencia de prensa ya referida del ministro de relaciones exteriores cubano, éste entregó a los medios una copia en inglés del proyecto de resolución redactado en el Departamento de Estado. Traducción de por medio, será presentado posiblemente por Costa Rica.

En la 60º Sesión están los delegados de once naciones de la región: Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, Guatemala Honduras, México, Paraguay, Perú y República Dominicana. EE.UU. viene haciendo una labor de amenazas y lobby sobre cada una, descontando Cuba por razones obvias.

Tanto los diplomáticos como los viajeros militares de Washington, han "peinado" las capitales de aquellos países buscando convencerlos de la conveniencia de atacar a La Habana utilizando el latiguillo de los derechos humanos.

A Buenos Aires, por ejemplo, llegó el general Richard Myers, jefe de la junta de estado mayor central de las Fuerzas Armadas estadounidenses. Fue recibido por José Pampuro y se dedicó a captar la comprensión argentina hacia la lucha antiterrorista global y en la Triple Frontera, así como para requerir contingentes militares para completar la ocupación de Haití. Este país está separado de Cuba por unas pocas millas marítimas.

Luego fue el turno de Otto Reich, enviado especial de Bush y ex secretario de Estado adjunto para Asuntos Hemisféricos desde fines de 2001 a mismo lapso de 2002. Reich es uno de los 18 cubano-americanos que nutren la primera plana del gobierno extremista y arribó a nuestro país la semana pasada, tras hacer stop en Brasilia y Asunción del Paraguay.

No tuvo mejor forma de reclamar públicamente a Néstor Kirchner un voto pronorteamericano en Ginebra, que comparar al gobierno de Fidel Castro con la dictadura militar de Jorge R. Videla. En sendos reportajes a Clarín (26/3) y La Nación (28/3), repitió este concepto: "Quisiera citar al presidente Kirchner cuando dijo en la ESMA que se disculpaba por el silencio de 20 años de democracia ante la violación de derechos humanos en la Argentina. Yo creo que las democracias de la región no pueden mantenerse en silencio ante la documentada violación de los derechos humanos en Cuba por 45 años. Es la única dictadura totalitaria que ha tenido este hemisferio (sic)".

A despecho de tanta brutalidad e injerencia imperial, Reich no lograró cambiar el voto de Argentina en Ginebra. El lobbista de la licorera Bacardí podrá embriagarse -si la votación le resulta favorable- pero se fue de Buenos Aires con las manos vacías.

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Los argentinos y la cuestión cubana La mayoría de los argentinos tiene simpatía por Cuba y detesta a las autoridades norteamericanas, recalcitrantes. El termómetro de esos sentimientos no dejó lugar a dudas durante la visita de Fidel Castro a nuestro país, entre el 25 y el 27 de mayo del año pasado.

Por cierto los intereses norteamericanos se hacen sentir, manejados por Lino Gutiérrez desde la embajada del barrio de Palermo y las multinacionales agrupadas en AnCham (Cámara de Comercio Argentino-Americana). Muchos políticos, empresarios y jueces eran habitués de las fiestas de la Independencia cada 4 de julio. Ese espectro se ha raleado pero, vayan o no, Carlos Menem, Ricardo López Murphy, Mauricio Macri, Daniel Scioli, Martín Redrado, Mariano Grondona, Roberto Alemann, José A. Martínez de Hoz, etc, siguen alineados con Washington.

Diferenciado de ese lobby, en abril de 2003 Eduardo Duhalde instruyó la abstención a la hora de votar la moción anticubana. Eso motivó un fuerte enojo de la Casa Blanca, que no fue ajena a las complicaciones de la negociación por la deuda externa con el FMI.

El presidente Kirchner le aseguró a Felipe Pérez Roque que habrá otra abstención. Así se lo comentó al recibirlo en audiencia el 26 de febrero en la Casa Rosada. El viajero quedó satisfecho pues valoró la abstención en conjunto con la reanudación de relaciones diplomáticas normales.

Sin embargo varias organizaciones sociales y políticas insisten en que nuestro país debe votar a favor de Cuba y se proponen entregar un documento a la Cancillería el próximo 15 de abril. Ellas consideran que "no puede haber abstención al contemplar la agresión y bloqueo de la superpotencia atómica norteamericana contra un pueblo hermano del Tercer mundo. Hay que elegir entre Goliat y David. Entre la guerra imperial y la paz. Entre los misiles Tomahawk y las vacunas cubanas contra la meningitis. Entre los marines que invaden pueblos, y los médicos y maestros cubanos que ayudan gratuitamente en 65 países del mundo. Entre el ALCA anexionista y la independencia nacional. Entre los que ayudaron a los ingleses en la guerra de Malvinas y los que como Fidel Castro estuvieron del lado argentino. En fin, entre esos oponentes tan disímiles no puede haber abstención sino un voto positivo por quien defiende la causa justa y es además la parte agredida: Cuba".

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